La dificultad de ver lo obvio



Tomo prestado el título de este libro de Feldenkrais porque viene al caso, vais a entender por qué.
En los últimos años, con este cambio de vida radical que he experimentado y que en muchos sentidos aún estoy asimilando, me siento como si hubiera olvidado todo y tuviera que empezar desde el principio y aprender todo de nuevo.
Mi relación con la escalada es uno de esos aspectos, han sido tiempos duros, entre problemillas de salud y lesiones no consigo sentirme en forma del todo salvo en breves lapsus de tiempo.

Este finde no pensaba escalar por diversos líos, pero ayer en el último momento me apunté con unos amigos para ir a una zona del Barranco del Fin del Mundo que no conocía, el Tubo, y me ha gustado, es un pequeño muro con vías de aspecto muy técnico de canto pequeño. Yo he hecho las tres que tenían buen canto jijij pero me he quedado con ganas de volver.

Pero lo que más me ha gustado del día ha sido una duda que me surge a raíz de una conversación. Me decía mi compi que él no disfruta "durante" la escalada cuando está probando algo muy duro, que disfruta después, de la sensación de haber peleado y haberlo dado todo para conseguir el objetivo. Que cuando está apretando, en esos instantes, está sufriendo porque se está vaciando, porque se está dejando la piel..  nunca se me había ocurrido que la escalada pudiera ser eso. Y mucho menos la deportiva.

Es verdad que algunas vías de pared las he disfrutado más a posteriori desde el suelo que en el momento, pero puedo decir que han sido muy pocas, y aún en pared quizá le podía ver algún sentido, pero en deportiva.. para mí el concepto de deportiva era sol y playa, como decía Sergio y si no... si no me enfado.

Y aquí está lo tan obvio que tanto me ha costado entender. La verdad lo que dice, si lo piensas desde el punto de vista de eso tan de moda, el concepto "fuera de la zona de confort", tiene sentido. Si algo está rozando o incluso superando tus límites, no puede ser cómodo, y algo incómodo tiene posibilidades de no ser del todo agradable, al menos en el momento.

Mi objetivo de escalada para este año era conseguir que Cuenca no me amedrentara, no que no me costara, no subir de grado, simplemente pensar en ir a escalar a cualquier sector con alguna vía hacible para mí y no sentir dolor de estómago y fatiga extrema. Los últimos años he pensado demasiado a menudo dejar de escalar, primero porque dejé de disfrutar las tapietas, después en Cuenca porque sistemáticamente me sentía una mierda como escaladora incapaz de disfrutar, siempre con una sensación de torpeza e impotencia que se iba retroalimentando. A ver, no siempre, pero la balanza se inclinaba pal lao malo más de lo que podía o quería soportar.

Cuando hoy me ha dicho esto, de pronto se me ha ocurrido algo, puede que obvio para todos menos para mí. Y si el error no está en el entrenamiento, ni siquiera en los diferentes aspectos técnicos de la escalada, como el miedo, la fuerza, etc, sino en el concepto en sí mismo. Si estoy esperando que la escalada sea algo cómodo, cuando no lo es me siento mal, pero no ya porque no lo es, sino porque pienso que no sirvo para escalar si no soy capaz de disfrutar lo que estoy haciendo, que no es lo mío, que debería buscar otra cosa, y es este pensamiento lo que de verdad me hunde! Porque adoro escalar!!

Quizás en la pared llegó un momento que me encontré con esto mismo y no lo supe entender, siempre pensé que el placer era la señal para saber que estabas en el camino correcto, que estabas donde profundamente querías estar.. nunca me he fiado un pelo de los tejemanejes de la mente por eso. Y en un momento dejó de ser un placer, y pensé que me estaba equivocando de camino, y si sólo estaba saliendo de la zona de confort?
O igual simplemente me saturé..

En deportiva esto podría darme una respuesta al conflicto jeje, quizá probar una vía difícil supone que no vas a disfrutar cada movimiento, supone algún tipo de sufrimiento aparte del esfuerzo físico que no es malo, que sólo es, y que después por lo que has aprendido, por lo que has superado, cobra sentido.. eso le quitaría mucho peso al asunto y lo mismo esas sensaciones incómodas dejarían de ser un problema en sí mismo.

Así que de verdad hay un nivel de sufrimiento durante la escalada? dónde queda el placer del movimiento? el placer del gesto?
Me encantaría conocer opiniones al respecto
(la de que empiezo a estar senil también vale :D)

2 comentarios:

  1. Ay, churri!, no sé cualo me dices...
    ¿cuando vamos a ir a escalar?

    Besicos

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  2. jijij Makoki! Te daría un abrazo chillao si te tuviera delante :)
    Esa es otra, no hay forma de que coja ritmo.. te doy un toque y hablamos. Besicos!!

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